Política de Estado: Ignorar el arte

13 años sin el Teatro Comedia

En la madrugada del 28 de junio de 2007, un voraz incendio se desató en la parte posterior del Teatro Comedia y redujo a cenizas algo más que sus instalaciones, también destruyó las ilusiones de la comunidad artística cordobesa que comenzaba a apropiarse de esa sala teatral que había sido expropiada dos años antes por la Municipalidad de Córdoba, luego de años de gestión privada.

Fundado el 9 de agosto de 1913 con el nombre de Teatro Odeón, en 1920, con mayor capacidad, fue rebautizado como “Teatro Municipal de la Comedia”.

En estos 13 años transcurridos desde aquella triste madrugada, se apoltronaron el el Palacio 6 de Julio cuatro intendentes, alguno de ellos durante dos períodos, y en cada una de las gestiones se puso fecha para su reinauguración. Como protagonista de una serie con varios capítulos, el edificio del Teatro Comedia vivió una serie de anuncios tras anuncios. Desde el primero, en la misma gestión del Intendente de entonces, cuando daba cuenta que en 180 días estaría terminado, hasta promesas de campañas electorales, “nuevos públicos” con okupas que dormían entre los escombros de esta sala céntrica, hasta los últimos pasos en 2014: la estructura y esqueleto de un nuevo espacio cultural, en la que la última administración administración llegó a invertir 15 millones de pesos.

El 18 de diciembre el entonces Secretario de Cultura de la Municipalidad de Córdoba expresaba: “El próximo martes se abrirán los sobres y estimamos unos 12 meses de plazo de final de obra, lo que nos permitiría llegar en óptimas condiciones al Congreso de la Lengua”

El paso del tiempo puso en evidencia esta falacia. A mediados de ese mismo año Provincia y Municipio firmaron un acuerdo por el que la Provincia le entregaba al Municipio $60 millones para recuperar el teatro. Se desconoce el paradero de ese dinero.

El único avance en estos 10 años fueron las tareas de remoción y limpieza que se realizaron en las gestiones de los intendentes de turno. A éstas se le sumó la construcción del esqueleto del nuevo teatro, pero que no avanza desde hace casi tres años por falta de fondos.

Lamentablemente, todo indica que las políticas de estado establecen que el arte es un gasto, nunca una inversión, más aún si tomamos en cuenta que la reconstrucción de esta sala no figura en la plataforma del actual mandatario municipal, con lo cual su futuro sigue siendo por demás incierto.


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