La tragedia del Río de la Plata

10 de octubre: Día Nacional de la Danza

El 10 de octubre de 1971 el avión se dirigía de Buenos Aires a Chubut, y entre los pasajeros se encontraban nueve bailarines pertenecientes al Ballet Estable del Teatro Colón, que debían presentarse en el Teatro Español de Trelew para realizar un espectáculo a beneficio. Se dice que el piloto notó fallas técnicas apenas despegó y, en su intento por volver a la pista, la aeronave se estrelló sobre el Río de la Plata. No hubo sobrevivientes. Esa fecha, el 10 de octubre de 1971, sería elegida para que todos los años celebremos en la Argentina el Día Nacional de la Danza.

Los bailarines fallecidos fueron Antonio Zambrana, Norma Fontenla, José Neglia, Carlos Schiafino, Margarita Fernández, Carlos Santamarina, Rubén Stanga, Sara Bochousky y Marta Raspanti

Así como ocurrió en las Universidades e Instituciones de formación, los años ’60 no fueron la excepción para las Artes, y el Teatro Colón tuvo en esa década su “Época de Oro”. Se creó el Instituto Superior de Arte que, dirigido por Enrique Sivieri, formó a los mejores artistas del canto lírico y de la danza. Importantes profesionales del exterior fueron traídos para brindar una formación más profesional. El Ballet Estable comenzó a incorporar repertorio del estilo clásico académico como El Lago de Los Cisnes y El Cascanueces hacia fines de los ’60 y Romeo y JulietaLa Cenicienta y La Sílfide a principios de los ’70.

Este grupo de artistas habían alcanzado un grado de perfección y una popularidad nunca antes visto, empujando a la actividad en sí a la primera plana de todos los medios.

Algunos nombres comenzaron a resonar en el público argentino pero también en el exterior: Norma Fontenla era considerada una de las bailarinas más versátiles en el ambiente. En 1967 participó en Giselle, junto a Margot Fonteyn y Rudolph Nureyev. José Neglia alcanzó renombre internacional al recibir por parte de la Asociación Internacional de Danza, el premio Nijinsky, la máxima distinción en coreografía. Ambos fueron premiados como mejor bailarina y mejor bailarín, respectivamente, en el Festival Mundial de la Danza de París en 1968. Estos primeros bailarines del Ballet Estable eran convocados por coreógrafos y directores reconocidos a nivel mundial.

Se estima que al velatorio en el Salón Dorado del Colón, asistieron cerca de 3500 personas.

Un año después de la tragedia se levantó una obra escultórica de Carlos de la Cárcova, acompañada por una fuente del arquitecto Ezequiel Cerrato en la esquina de Tucumán y Libertad de la Plaza Lavalle en la ciudad de Buenos Aires, que representa a la Fontenla y Neglia, con una placa que reza lo siguiente:

Por aquí, tantas veces, pasamos.
Nos detuvimos a envolvernos de luz.
A bañarnos en el color de las frondas
a recomponer, en movimiento y en gestos,
la constante maravilla de la creación
y aquí queremos permanecer
bajo este cielo,
estos árboles.
Y esta intensidad
que no nos olvidan
Y que no olvidamos.

A consecuencia de este terrible accidente, se instituyó el 10 de octubre como Día Nacional de la Danza, y la Profesora Silvia Zerbini oportunamente comentó respecto de la importancia de esta fecha:

“Lo más importante de conmemorar el Día de la Danza es no olvidar a esos grandísimos embajadores, a esas queridísimas personas que dejaron su vida literalmente por representarnos en la danza. Sea contemporánea, clásica, folklórica, o la que fuere, la danza representa. Cuando uno se para en un lugar para bailar, dice: “Aquí estoy, este soy yo”. Pero también dice: “A qué comunidad pertenezco, de dónde vengo”. Cuando uno danza, se desnuda, cuenta sus intimidades, se deja conocer“.


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